Cada vez veo más claro que las interesantes ideas que aporta
esta autora en sus novelas no acaban de cuajar en mi.
La mano izquierda de la oscuridad es una novela filosófica,
donde el argumentote hecho, es lo menos importante: Un atípica
situación de primer contacto entre un ente económico
y místico (El Ekumen) formado por unos ochenta mundos -entre
ellos la Tierra- y el planeta "Invierno", habitado por
humanos acostumbrados al clima extremo del planeta, que me atrevería
a decir que es una antítesis de Arrakis (Dune)-
La autora, mediante una extraordinaria fluidez narrativa nos narra
las peripecias de este primer enviado al mundo de Invierno. El libro
se divide en dos partes bien diferenciadas pero sin separación:
Una primera donde predomina una leve intriga política y donde
se nos muestra la realidad sexual de los habitantes de Invierno;
y una segunda parte con tan solo dos personajes en un intercambio
de relaciones "de tú a tú" insólito
por regiones árticas maravillosamente descritas y donde se
plantean los principales temas culturales, sexuales y místicos
que rigen la novela.
Ante todo, la novela tiene un aire reflexivo, social. Plantea hipótesis
y da conclusiones pero sobretodo trata magistralmente el tema de
la sexualidad de los habitantes del planeta. Los habitantes de Invierno
son hermafroditas, así de simple. Las explicaciones sobre
este origen y las implicaciones en la civilización del planeta
y de sus naciones son especulaciones no carentes de lógica.
La mezcla entre este particular fenómeno y la filosofía
que intenta hacernos llegar Le Guin en esta historia es amena pero
poco sustancial. Vaya, que no te entra.
A esta novela le falta argumento, un poco como pasó en Un
Mago de Terramar, le falta algo donde cogerse. La
leve intriga política que comentaba antes no la veo suficiente
para soportar todo el libro y la larga travesía a través
de Hielo tampoco. La falta de intriga es posiblemente normal en
un libro con aires filosóficos pero esto provoca una cierta
apatía en ciertos capítulos.
Eso sí, como he dicho más arriba, sobre las capacidades
narrativas de la autora no tengo nada que decir: Dejando a un lado
que sobresale en describir largos tramos del libro donde prácticamente
no pasa nada, los capítulos están escritos en primera
persona por dos de los protagonistas, cosa que proporciona una visión
cultural diferente sobre los acontecimientos que se describen. También
existen algunos capítulos que nos recuerdan viejas leyendas
y mitos del planeta Invierno que ayudan al lector a profundizar
en la cultura de sus habitantes.
La he valorado con cuatro estrellas básicamente porque creo
que se merece una segunda lectura pero quiero hacer constar que
me esperaba más de una de las obras más adoradas del
género en el pasado siglo. Puede que mi sensibilidad filosófica
no este a la altura
aún.
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